REPRESENTACIÓN TRANS EN
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
El activismo debe basarse en una formación en materia de género; resulta indispensable que una persona que se dedique a dar voz a un grupo tan ingente de personas tenga al menos una formación mínima requerida en el campo.
“Nos encontramos en una época en la que cualquier miembro de un colectivo se siente facultado para hablar sobre el colectivo al que pertenece, y eso es un error muy grave”, afirma Vera Alonso, actriz, artista y mujer transgénero. Su activismo siempre se ha centrado en hablar desde su propio punto de vista particular y sin generalizar. “Por supuesto, evito hablar de aquellos temas de los que no tengo ni idea”, declara satisfecha de su recorrido en la industria hasta el momento. El hecho de que aparezcan figuras hablando en nombre de colectivos y no en nombre de uno mismo perjudica gravemente la unidad del activismo y las líneas generales que un colectivo debe seguir a la hora de expresar ideas que sean uniformes y basadas en supuestos de hecho tangibles. Por el contrario, “cuando los actos y las declaraciones tienen su base en una emoción honesta y respetuosa ayuda, y mucho” declara Valeria Vegas, periodista, activista y también conocida como la escritora de las memorias de La Veneno: “¡Digo! Ni Puta Ni Santa”. Todo lo que sea visibilidad, plasmar realidades e introducirlas con naturalidad en los medios y el espectador, suma. Y lo cierto es que la visibilidad siempre ha existido, si entendemos “siempre” como el momento en que por fin se podía abordar ciertos temas, al inicio de la Transición democrática. Desde entonces los medios han abordado las cuestiones del colectivo, pero lo hacían a veces con mucha desinformación o incluso de manera prejuiciosa. Lo que hoy vivimos es la pluralidad.
Por otro lado, se debe prestar especial atención a aquellas personas que, pertenezcan al colectivo o no, sean vulnerables por razón de su condición social, económica o incluso de raza. Dentro del colectivo LGTBIQ+, existen personas especialmente vulnerables al acoso y a la agresión, y son siempre sus vivencias las que debemos escuchar y tomar en consideración antes que ninguna otra.
Tras el éxito de la serie “Veneno” dirigida por los Javis se ha puesto sobre la mesa un problema del que aún no se había hablado lo suficiente: El hecho de que una persona sea trans puede condicionar la elección del reparto o de un papel en concreto.
Vera Alonso está de acuerdo en que es entendible que los papeles trans, al ser infinitamente menores en número, deben ser representados por gente trans. No obstante, no debemos caer en esa dicotomía; “los actores somos actores precisamente porque podemos adecuarnos a diferentes personas”, declara la actriz. Por ende, no debería existir apropiación de ningún tipo si una persona cis encarnara el papel de una mujer u hombre trans, siempre que se cumplan dos requisitos indispensables; por un lado, igualdad de oportunidades para gente cis y trans a la hora de la elección del reparto de una producción, y por otro, la actuación de una persona cis interpretando el papel de una persona trans no se busque caricaturizar ni ridiculizar al colectivo.
“Creo que la aparición de personas trans en los medios está siempre rodeada de un aura de misterio e hipersexualización adjetivos a los que se ha dado pie mediante personas como Cristina Ortiz, La Veneno”, sustenta Alaitz Santamarta, activista y mujer transgénero, tras haber visionado el biopic de la vedette. La normalización de la transexualidad debería ser un trabajo que desempeñar en nuestra educación y cotidianidad. No obstante, es una realidad que está cambiando gracias a aquellas personas trans que se muestran en público desempeñando actividades de la vida cotidiana. Ahora bien, “Veneno” ha servido para unir frente al televisor a miles de familias y hacerles ver la realidad LGTBIQ+ desde otro punto de vista. Así lo constata Valeria Vegas tras conocer algunas de las historias que se dan detrás de los espectadores del biopic: “Me consta la cantidad de padres y madres que han visto la serie con sus hijos. Y personas de 70 años que se han percatado de ciertas problemáticas que les eran ajenas. La serie ha ayudado mucho, sencillamente porque no había algo igual en España que hubiese marcado precedente”.
En las escuelas el concepto es sencillo; debemos educar a los niños y niñas en materia de transexualidad en dos apartados concretos; la identificación del yo “trans” que puede estar presente en un niño o niña en cuanto a que sepa lidiar con las emociones y los cambios que suscita el hecho de ser trans, y además en materia de respeto hacia personas trans que surgirán en su entorno, en lo relativo al trato y a la información que deben tener. En conclusión, “lo que se necesita es más información, que la gente salga de las escuelas sabiendo distinguir condición de identidad, conscientes de lo que es el binarismo, con una educación sexual fortalecida desde la más absoluta naturalidad, donde impere más la razón que el romanticismo” sostiene Valeria Vegas.
No debemos olvidar el objetivo común, que no debe desviarse de vivir en armonía y respeto con el resto de realidades, tanto dentro como fuera del colectivo.
Fuente: Revista Blue
Vera Alonso, actriz, artista y mujer transgénero.
Fuente: Revista Pronto
Valeria Vegas, periodista, escritora y mujer trans junto con La Veneno, icono trans de los años 90.